Francisco Madariaga: Un palmar sin orillas $40




 La Capital de Rosario, 14 de junio de 2009
El poeta de los colores apasionados
Francisco Madariaga (Corrientes, 1927 - Buenos Aires, 2000) es uno de los nombres clave en la poesía argentina del siglo XX. Sin embargo, desde hace tiempo sus libros son inhallables. "Tanto los libros originales como las antologías que se editaron de sus poemas faltan por completo, o sólo se consiguen en librerías de saldos, con suerte. No es justo que las obras de un poeta de su talla no estén exhibidas como se merecen", dice el poeta y editor Eduardo Mileo, quien justamente acaba de compilar, con Javier Cófreces, Un palmar sin orillas, antología que recorre la obra de Madariaga.
De inminente aparición en Ediciones en Danza, el libro incluye una muestra de fotografías del poeta. "Elegir poemas para una antología de Madariaga es una tarea que parece sencilla, dada la calidad de su obra —dice Mileo—. No obstante, la elección, que tiene siempre mucho de personal, del momento y el modo en que una escritura intersecta una lectura, lleva un trabajo que insume tiempo y dedicación muy atenta; además, si el trabajo está movilizado por la pasión, siempre implica una cuota de intransigencia, que luego es necesario discutir cuando los antólogos son dos".
—¿Está presente Madariaga en los poetas jóvenes?
—No sé si lo está: para los jóvenes en general, la poesía no es un género que la educación priorice; para los que eligen la literatura como estudio, la universidad, apenas se ocupa de la poesía; para los que tienen el privilegio de leer, no es un género que las librerías exhiban generosamente en sus mesas. Entre los jóvenes que leen poesía, sin duda una minoría, Madariaga tiene un lugar. Es un poeta de colores apasionados, que pinta un paisaje pintando su historia.
—¿Qué momentos serían los fundamentales en su obra?
—Es difícil extraer de una obra tan sólida y homogénea algunos momentos. De todos modos, mi preferencia se centra en cuatro de sus libros: El pequeño patíbulo, Las jaulas del sol, Llegada de un jaguar a la tranquera y Resplandor de mis bárbaras. Pero no sólo la experiencia de la lectura me liga a Madariaga: haberlo visto y escuchado leer también fue decisivo en mi acercamiento a su obra. Es difícil encontrar poetas que conmuevan tanto como él cuando leía sus poemas. Los amarillos del crepúsculo correntino temblaban en su voz, y también los aullidos del mono, el suave discurrir de la canoa y las acuarelas móviles de la historia argentina.

Lugar: Buenos Aires
Editorial: Ediciones En Danza
Año: 2009
Edición: Primera
Colección: 
Cantidad disponible: 1
Estado: Nuevo
Cantidad de páginas: 124