Ingo F. Walther: Vincent Van Gogh 1853-1890. Visión y realidad




Dos sillas. Dispuestas de través, cada una domina el cuadro correspondiente abarcando el espacio y chocando con los bordes; muebles de aspecto monumental, la clara invitación a sentarse. Están vacías, tan sólo unos pocos objetos aparecen sobre los asientos preparados para que sus dueños los recojan- Cada silla domina para sí el cuadro y la intensidad con la que se relacionan es tan fuerte como la pesadez con la que llenan la superficie pictórica, reclamando así el díptico que haga de ellos una unidad. Después se contemplan mutuamente, invitan al diálogo y exigen confianza. O bien, vueltas de espaldas, apartadas la una de la otra, no tienen nada que decirse, viven en mundos distintos.
"Entre tanto ya puedo decirte", escribió Vincent van Gogh a su hermano Theo en diciembre de 1888 cuando pintó las dos sillas, "que los dos últimos estudios son muy extraños.
Cuadros de 30, una silla de madera y paja completamente amarilla sobre las baldosas rojas contra la pared (de día).
Luego el sillón de Gauguin, rojo y verde, el ambiente nocturno, la pared y el suelo también de color rojo y verde, sobre el asiento dos novelas y una vela. Pintado sobre lienzo y con los colores muy espesos. Los extraños motivos que van Gogh utiliza aquí se encontraban en su casa de Arles. Eran el punto de encuentro diario de van Gogh y su invitado Paul Gauguin. Sentados en ellos, los dos pintores conversaban sobre el arte y el mundo, trataron de convencerse mutuamente y discutieron entre sí hasta que se produjo la explosión: La visita de Gauguin está inseparablemente unida a la depresión que van Gogh nunca llegaría a superar del todo. "Algunos días antes de nuestra separación, cuando la enfermedad me obligó a acudir al sanatorio, intenté pintar su lugar vacío"; así fue como van Gogh explicó en una carta a Albert-Emile Aurier el cuadro del sillón de noche.

Lugar: Alemania
Editorial: Taschen
Año: 1993
Cantidad disponible: 2
Estado: Nuevo
Cantidad de páginas: 96